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STA. BAIA DE MOS, INTERVENCIÓN, SOBRE LA BOVEDA, SUELO Y SEPULCROS DEL PRESBITERIO

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INTERVENCIÓN, SOBRE LA BOVEDA, SUELO Y SEPULCROS DEL PRESBITERIO DEL TEMPLO PARROQUIAL DE
SANTA BAIA DE MOS.
MOS (PONTEVEDRA)

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DESCRIPCIÓN DEL OBJETO: Accedemos al presbiterio a través de un arco triunfal de medio punto, que descansa sobre pilastras molduradas. El presbiterio está cubierto por una bóveda de cañón de piedra granítica construida en el siglo XVIII. A ambos lados posee arcosolios con sepulcros. En el paramento sur encontramos una ventana rectangular. Destaca el retablo mayor, distribuido en predela, cuerpo de tres calles y ático. El espacio se distribuye a través de cornisas y estípites, con decoración profusa, tratando de impresionar al espectador con juegos de luces y sombras, tallas de inspiración vegetal, dorados y policromías. El retablo descansa sobre un sotabanco de piedra, de reciente factura, de entre 50 y 40 años.
Podemos ver que el espacio que lo rodea estaba completamente policromado: observamos restos de pinturas murales tanto en el arco de entrada al presbiterio, como en la bóveda y los sepulcros. Parece que se encuentran pintadas directamente sobre la piedra o tendrían un enlucido muy fino.
En el arco triunfal observamos una serie de decoraciones en color rojizo, formando una guirnalda que asciende hasta el punto más alto.
En la bóveda diferenciamos unos casetones grandes, con molduras en color amarillo y líneas negras y rojizas, con decoración vegetal en su interior, las cuales se mezclaban antes de la intervención, con restos de una pintura de color azul superpuesta y encalados. En algunas zonas son perceptibles simplemente unas líneas tenues, que distribuían el espacio en casetones grandes y otros más pequeños entre ellos. Estos casetones posen motivos geométricos, y son diferentes los verticales de los horizontales. La zona de izquierda parece conservarse mejor y vemos algún casetón con decoración casi completa. Hacia la zona del retablo se conservaba más pintura azul, y en la parte superior derecha se distinguía el Sol. Una vez eliminados los restos de encalados y pintura, han aparecido nuevos motivos, como pequeñas nubes y parte de la Luna en contraposición al Sol. Enmarcando la zona, había una moldura simulada de ovas y dardos. En el paramento derecho , hacia la zona de la ventana y el retablo también han aparecido mas motivos, tanto geométricos como vegetales.
Bajo la cornisa pétrea apenas quedan restos, y se concentran mayormente en la zona de los sepulcros, en la parte inferior y arcosolios. Sobre la puerta de la sacristía ha aparecido una cruz, con un paño colgando del travesaño y alguna forma orgánica, sin determinar, quizá el ala de un ángel. En el sepulcro de la derecha se encuentra el que fuera nombrado primer Marqués de Mos por el rey Carlos II de España, el 6 de noviembre de 1686: Don Gabriel Sarmiento de Quirós y Sotomayor, el cual falleció en 1706, en Gundián, de Petan y fue enterrado allí y sus restos se trasladaron a la Iglesia de Santa Baia en 1720. En el frontal de la tumba podemos observar en el centro una decoración polícroma, de lo que podía ser el escudo del marquesado, con colores rojos, verdes, blancos y azules. En el sillar de la izquierda encontramos una cartela en la que se hace referencia al fallecimiento del Marqués.
Con él se encuentra su esposa, María Bernarda de Alsacia Arember, la primera marquesa de Mos, que falleció en 1729. Sin embargo de ella no se muestra inscripción. Quizá al lado derecho del escudo se hiciera referencia, pero la policromía en esa zona se ha perdido. Podemos ver restos de color rojizo en el interior del arcosolio, muy similares a los que hay en el arco de entrada al presbiterio.
En el sepulcro del lado izquierdo se conserva mayor policromía: el escudo se muestra más completo y tenemos las dos cartelas a ambos lados. En 1719 se da sepulcro a D. Juan Correa Sotomayor, arcediano de la Catedral de Santiago y en 1739, al hijo del Marqués, Antonio Bernardo.
Tradicionalmente, sobre el muro de piedra se aplicaba una capa de revoco o mortero a base de cal y arena, sobre éste una capa más fina de intonaco de cal que alisaba la superficie. Aquí, la película pictórica es muy fina, no parece haber revoco, quizá porque la superficie d los sillares ha sido muy trabajada y se muestra bastante lisa. La capa pictórica está realizada a base de capas opacas de color de aspecto mate, cubiertas por el polvo, sales y hongos. Posiblemente se trata de un temple.
El suelo está compuesto de grandes sillares pétreos. El el centro del presbiterio encontramos una mesa de altar de reciente factura, realizada también en piedra.